Por allá de la navidad de 2009, en el vuelo 253 de Northwest Airlines en Estado Unidos, el nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, de 23 años, inyectó algunos químicos en una bolsa en su pantalón con el objeto de inducir una bomba casera que había fabricado. Tenía 80 gramos de material explosivo, con lo que pensemos que hubiese sucedido se le acompañase el éxito. Afortunadamente no fue así. Con este intento suicida nuevamente se demandaron incrementos en la seguridad dentro de los aeropuertos, así como mejoras en los sistemas de escaneo de pasajeros y equipaje.
Otro intento reciente de terrorismo ocurrió el 29 de octubre de 2010. Dentro de dos impresoras láser, que habían sido modificadas internamente, los terroristas insertaron dos bombas que se deberían subir a la bahía de carga del avión, que viajaba desde Yemen a Estados Unidos. Gracias a los servicios de inteligencia, las impresoras se interceptaron antes que fuesen cargadas. Las bombas estaban tan bien camufladas que tomó muchas horas a la policía inglesa para localizarlas.
Por ello, considera que cuando viajas y te entretienen en la plataforma de abordaje para hacer una revisión exhaustiva, no es para molestarte, sino para que arribes seguro a tu destino. Así que la próxima vez que viajes no te hagas tanto problema por ello y piensa que lo hacen por tu seguridad y la de todos.
0 comentarios:
Publicar un comentario