Tiene su nombre en francés pero pertenece a un país hispanoparlante, se encuentra situado al sur de Argentina en la bahía de Ushuaia, capital de la provincia austral de Tierra del Fuego, en una zona montañosa que resguarda un estrecho conocido como Beagle y que dista a un poco más de 900kms del comienzo de la Antártida. En la otra orilla se aprecian las últimas islas del archipiélago chileno y ambas cuentan con la fauna simpática típica del lugar, los pingüinos.
Es un pasaje complicado pero que fue navegado por cientos de marinos de la historia, exploradores y aventureros que se aventaban al mar con valeroso esfuerzo. Fue una expedición francesa que le otorgó el nombre a un conjunto de islotes por sobre los cuales se erige hoy en día el faro.
Este tiene 22 metros de altura, está construido en ladrillo y fue pintado con rayas rojas y blancas. Está controlado a distancia y emite una luz que puede ser vista a más de 7 millas náuticas.
La promoción del turismo de la ciudad de Ushuaia muchas veces lo ha nombrado como el ‘faro del fin del mundo‘ haciendo alusión a la novela de Julio Verne pero esto es erróneo puesto que el faro que ha inspirado al escritor es el situado en la Isla de los Estados también en la misma provincia pero situado hacia el extremo oriental.
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